Tegucigalpa, 27 de julio del 2024.- “Muchas gracias” Con estas palabras concluyeron los días de ejercicios espirituales en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa. Estos se llevaron a cabo en la semana del lunes 22 al sábado 27 de julio de 2024, con la participación de formadores y seminaristas, desde I de Filosofía hasta IV de Teología. Siguiendo la modalidad clásica de los Ejercicios Espirituales, estos se realizaron en completo silencio, en un ambiente de contemplación y recogimiento.

Los Ejercicios Espirituales fueron impartidos, por invitación del Sr. Arzobispo de Tegucigalpa Monseñor José Vicente Nacher C.M. y el equipo de formadores, por Monseñor Milton Luis Tróccoli, Obispo de Maldonado – Punta Este – Minas de Uruguay.

Con un carisma particular y profundo para dictar Ejercicios Espirituales, Mons. Tróccoli tituló los Ejercicios como “La alegría de la vocación y del seguimiento de Jesús”, algo muy conveniente para nuestra casa de formación. Los objetivos de estos ejercicios, según él, fueron renovar la alegría del llamado del Señor, descubrir que en el llamado que Jesús nos hizo seremos realmente felices y recuperar la alegría del corazón. 

“Los ejercicios espirituales son siempre una brújula que nos ayudan a volver a centrarnos en el seguimiento de Jesús”, dijo en el tema introductorio. ¿En qué tiempo estamos? ¿Qué esperamos del retiro? ¿Cuáles pueden ser los obstáculos que tendré durante el retiro? Nos instó a preguntarnos.

Cada día se caracterizó por tres meditaciones, todas con la alegría como hilo conductor y con San Juan María Vianney como modelo de inspiración para la vida sacerdotal, desde su humildad y firmeza. “La alegría del llamado”, “Las Bienaventuranzas”, “La alegría frustrada”, “El discernimiento”, “La alegría de la cruz”, “La alegría de la poda” y “La alegría de María”, fueron algunos de los temas de las meditaciones de monseñor Tróccoli.

Además de las meditaciones, cada día estuvo marcado por el rezo de las laudes, la adoración al Santísimo personal, la Santa Misa y las vísperas. El día miércoles tuvimos la experiencia de una tarde penitencial muy valiosa, con varios sacerdotes celebrando el sacramento de la confesión. El viernes por la noche, pudimos compartir como comunidad de vida las impresiones personales de cada uno en el retiro.

La clausura del retiro se llevó a cabo el sábado con la celebración de la Santa Misa. Durante la homilía, Monseñor José Vicente nos instó a establecer “resoluciones de los ejercicios espirituales. Estas resoluciones deben ser escritas en un pequeño papel que sea “mío”, y deben incluir las conclusiones de la voz que hemos escuchado: la voz del Espíritu Santo, que sin duda nos ha hablado durante estos días.”

Al final, Mons. Milton se dirigió a nosotros con estas palabras:  “Simplemente reiterar la gratitud al arzobispo Monseñor José Vicente. Trabajamos juntos en el sínodo en octubre, nos veremos el próximo octubre. Al rector, a los formadores y a cada de uno de ustedes. Ciertamente, Dios nos quiere felices, Él es la causa profunda y honda de nuestra alegría; y el encontrar nuestra vocación, es hermoso sentirnos plenos y felices, y como decía Monseñor José Vicente recién, Dios sigue actuando en su Iglesia, el Espíritu se hace presente sembrando la buena semilla. No hay que amedrentarse o achicarse por faltos profetas, o profetas de malos augurios. Así que, a todos mi gratitud.”

De parte del seminario se le entregaron unos presentes y unas palabras de agradecimiento por parte del Sr Rector, el Padre Luis Gabriel Mendoza, CJM y del seminarista Jorge Meléndez.

Agradecemos a Monseñor Milton Luis por compartir este tiempo con nosotros, especialmente por venir de tan lejos para compartir la alegría del Resucitado. Que Dios continúe bendiciéndolo con ese amor sacerdotal y paternal, y con la sabiduría que transmite.

Agradecemos también a todos los que nos acompañaron desde la distancia con sus valiosas oraciones.